Desde que me acuerdo, en las coordenadas en las que atierricé en este maravilloso planeta, un día del año la gente se congrega por multitudes en los cementerios, para ‘recordar a los difuntos’. No solamente van a acompañar la vestidura que hace mucho o hace poco esos seres dejaron de usar (el cuerpo), sino también a llevarles ‘algo rico’ para compartir y celebrar juntaos. Porque durante ese día y esa noche esos dos mundos pueden encontrarse.
La tantawawa (aymara tanta=pan | wawa=niñao) es, en ese capítulo de la tradición andina, el símbolo del ‘algo rico’… y además bonito y hasta alegre, que ofrezco para que sigamos en contacto… y que ese velo que separa el más allá del más acá no se opaque. Las familias se reúnen en torno a esta posibilidad y literalmente hacen un picnic rodeando la tumba de sus amadaos.
Y así el mismo empeño en una variedad de tradiciones…, sea en el lugar donde reposa tu vestimenta o de cualquier otra manera, recordarte… en el anhelo de que también tú me recuerdes.
La fecha determinada para tal interacción a través del velo es un ‘acomodo’ del entendimiento de tradiciones muy antiguas, como por ejemplo la tradición celta. En este tiempo del año, esa zona del planeta está ciclando la poderosa energía del otoño…, con toda la naturaleza impulsando el soltar, liberar… el impulso de transformar y re-ciclar. A medida que avanza el otoño, la naturaleza está cada vez más y más ligera, entregando su equipaje a la sabiduría infinita de la Existencia, sabiendo que esta disposición a morir es importante y muy necesaria si es que queremos reverdecer desde un nuevo orden interno y profundo. La naturaleza no tiene ningún problema con la evolución…, se entrega confiada y serena.., muere, transforma y re-nace constantemente, sosteniendo así el pulso sagrado en este plano de transmutación. La materia no está diseñada para sostener una forma en modo infinito…, más bien para re-inventarse continuamente.
Y con esa guía sabia y profunda se inspiró el ser humano, a través de asumir su propia muerte (disposición a soltar para reverdecer), a sintonizar con quienes ya hicieron la Gran Transformación.
O sea, la naturaleza (con nosotraos dentro y parte de ella) nos invita y acompaña a sostener este empeño cuando está avanzado el otoño…. y claramente no cuando está floreciendo la vida. Una clara muestra de la tendencia copy-paste en la que nos embalamos cuando confundimos la acción de pensar con el puro ruido en la cabeza… y no creamos el silencio requerido para revisar y cuestionar.
Samahin es la festividad celta de donde deriva la tradición del Día de los Difuntos, que más adelante el cristianismo transformó en Día de Todos los Santos…. y se celebra en un punto intermedio entre el Equinoccio de Otoño y el Solsticio de Invierno. Samahin, en el antiguo idioma celta, significaba ‘fin del verano’, ‘fin del tiempo de cosechar’.
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| Los antiguos celtas creían que la línea que une a este mundo con el Otro Mundo se estrechaba con la llegada del Samhain, permitiendo a los espíritus (tanto benévolos como malévolos) pasar a través. Los ancestros familiares eran invitados y homenajeados mientras que los espíritus dañinos eran alejados. Se cree que el uso de trajes y máscaras se debe a la necesidad de ahuyentar a los espíritus malignos. Su propósito era adoptar la apariencia de un espíritu maligno para evitar ser dañado. Fuente: Wikipedia |
La influencia del cristianismo fue transformando el componente ‘pagano’ en componente ‘creyente’… y así esta celebración cambió a ‘venerar’ a los santos. La palabra en inglés hallow significa venerar, sacralizar, bendecir… y es la raíz del conocido halloween (All Hallow’s Eve, la Víspera de Todo lo que veneramos, es sagrado, bendecimos, etc.).
Así, re-unirnos a bendecir a quienes están del otro lado del velo en plena primavera no es ‘naturalmente cuerdo’… y sin embargo, dada la masa de conciencia que enfoca en esa posibilidad, de más que el velo puede transparentarse… y bueno ya, tan persistentes estos humanos terrícolas, abramos la comunicación.
Eso por un lado… y por el otro, es importante que de alguna manera contrarrestemos la energía ultratúmbica y de espanto que se genera… claramente en son de joda como dirían por allá… más el subconsciente no entiende los chistes y de la joda termina haciéndose una ‘verdad’.
Re-unirnos en el rezo de honrar… no la memoria sino la VIDA de quienes hoy transitan sin este tipo de vestidura… re-unirnos para recordar y seguir recordando que hallow le da un sentido extraordinario a este nuestro tránsito…, que venerar, sacralizar y bendecir la belleza, la alegría, la confianza y la determinación es honrar a la naturaleza, honrar a la Madre Tierra, honrar al Padre Cielo… y no solamente una vez en el año.
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