Madre...
te siento bajo mis pies,
siento los latidos de tu Corazón...
Madre...
te siento en todo mi Ser,
siento la energía de tu Vibración...
Así reza el cantito que alguna vez floreció en el corazón de un@ herman@..., y que en tantas noches de ceremonia inspiró mi medicina, abrió mi corazón, guió mi razón, aclaró mi cuerpo y me mostró el maravilloso espacio interior de común-unión.
Gracias a la hermana o al hermano que escuchó desde adentro esas bellas palabras..., gracias a todas las inspiraciones a través de todos los corazones..., gracias a quienes se atrevieron a cuestionar 'lo establecido' y abrir nuevos caminos..., en este tiempo, en otro tiempo, en cualquier tiempo.
Gracias a laos Abuelaos antiguaos tan simples, tan claraos, tan sabiaos...., gracias por su observación de la Sagrada Naturaleza...., en los bosques, en los rios, en las montañas, en la hormiguita, en el Sol...., gracias por los linajes de entendimiento y los caminos de sanación.
Gracias a laos Abuelaos modernaos, quizás menos simples, quizás menos claraos..., más igualmente sabiaos, expresando una sabiduría actualizada desde su observación de la anti-natura que en algún punto de la historia se empezó a comer a esta civilización.
Gracias a la antiguedad y a la modernidad que habla en nuestro propio corazón...., gracias al amor amoroso de la Pachamama que no pone condiciones...., nos ama, cuida, cobija, nutre en cualquier idioma, en cualquier raza, en cualquier sexo, en cualquier cultura, en cualquier credo, en cualquier afiliación política, en cualquier Reino planetario..., seas humano, animal, vegetal, mineral... o cualquiera de todo lo demás!!! Gracias a la naturalidad de, en esta ocasión, ser espíritus terrícolas-terrestres y haber sido honradaos con la confianza de la Madre Tierra, que hasta nos entregó un pedacito de sí misma (cuerpo) para poder atierrizar y caminar esta experiencia. ¿Cómo no agradecer?
Tierra es mi cuerpo,
Agua mi sangre,
Aire mi aliento,
Fuego mi espíritu... y
Eter mi conciencia.
El Llamado de la Tierra...., el pulso unificador, los componentes comunes, la igualdad biológica y fisiológica..., aunque mi auto sea más grande que las abarcas en las que caminas, respiramos el mismo aire, latimos el mismo corazón, circulamos la misma sangre, nos sostienen los mismos huesos. Bendita Tierra que se ocupa de recordarnos lo fácil que nos resulta olvidarnos.
te siento bajo mis pies,
siento los latidos de tu Corazón...
Madre...
te siento en todo mi Ser,
siento la energía de tu Vibración...
Así reza el cantito que alguna vez floreció en el corazón de un@ herman@..., y que en tantas noches de ceremonia inspiró mi medicina, abrió mi corazón, guió mi razón, aclaró mi cuerpo y me mostró el maravilloso espacio interior de común-unión.
Gracias a la hermana o al hermano que escuchó desde adentro esas bellas palabras..., gracias a todas las inspiraciones a través de todos los corazones..., gracias a quienes se atrevieron a cuestionar 'lo establecido' y abrir nuevos caminos..., en este tiempo, en otro tiempo, en cualquier tiempo.
Gracias a laos Abuelaos antiguaos tan simples, tan claraos, tan sabiaos...., gracias por su observación de la Sagrada Naturaleza...., en los bosques, en los rios, en las montañas, en la hormiguita, en el Sol...., gracias por los linajes de entendimiento y los caminos de sanación.
Gracias a laos Abuelaos modernaos, quizás menos simples, quizás menos claraos..., más igualmente sabiaos, expresando una sabiduría actualizada desde su observación de la anti-natura que en algún punto de la historia se empezó a comer a esta civilización.
Gracias a la antiguedad y a la modernidad que habla en nuestro propio corazón...., gracias al amor amoroso de la Pachamama que no pone condiciones...., nos ama, cuida, cobija, nutre en cualquier idioma, en cualquier raza, en cualquier sexo, en cualquier cultura, en cualquier credo, en cualquier afiliación política, en cualquier Reino planetario..., seas humano, animal, vegetal, mineral... o cualquiera de todo lo demás!!! Gracias a la naturalidad de, en esta ocasión, ser espíritus terrícolas-terrestres y haber sido honradaos con la confianza de la Madre Tierra, que hasta nos entregó un pedacito de sí misma (cuerpo) para poder atierrizar y caminar esta experiencia. ¿Cómo no agradecer?
Tierra es mi cuerpo,
Agua mi sangre,
Aire mi aliento,
Fuego mi espíritu... y
Eter mi conciencia.
El Llamado de la Tierra...., el pulso unificador, los componentes comunes, la igualdad biológica y fisiológica..., aunque mi auto sea más grande que las abarcas en las que caminas, respiramos el mismo aire, latimos el mismo corazón, circulamos la misma sangre, nos sostienen los mismos huesos. Bendita Tierra que se ocupa de recordarnos lo fácil que nos resulta olvidarnos.
Gracias, por ayudarnos a recordar que todos los elementos están presentes en nuestro ser. A honrar nuestra sangre, nuestro cuerpo, nuestro pensamientos, nuestras palabras.
ResponderEliminarGracias, por ayudarnos a recordar que todos los elementos están presentes en nuestro ser. A honrar nuestra sangre, nuestro cuerpo, nuestro pensamientos, nuestras palabras.
ResponderEliminarAhaaa..., leyéndote 4 años después :P, te dejo un abrazo terrestre y cósmico para nutrir la maravillosa común-unión... ¡¡namaste!!
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