La confidencialidad es un tejido que honra a otraos seres con confianza, y surge desde la creencia de que esa persona tiene la capacidad para valorar lo que recibe y a su vez honrar la confianza quedándose callada.
Mi inocencia compulsiva quiere creer que la capacidad de confidencialidad es un valor abundante, más bbuuuu la experiencia me ha mostrado que son escasos los hilos con la capacidad de sostener ese tipo de tejidos…, aun cuando en apariencia se multipliquen por mil.
Y sin duda que hay muchas razones para que alguien ‘no pueda’ quedarse calladao…, por ejemplo, una preocupación compartida se transforma en media preocupación y si, alivia al alma. Y también está esa extraña necesidad de hacer saber que sé más de lo que sabes tú jajajajaaa, o de sentir que si lo comparto con otraos la causa tendrá más apoyo… o la compulsión de hablar de más… o simplemente la no valoración de la confidencia. Y como sea, toda vez que recibimos algo en confidencia y lo compartimos, estamos violando la confianza…, de eso se trata la confidencialidad. Y pues la confianza es una energía a la vez muy poderosa y frágil, muy compleja de regenerar, una vez que se rompe mmmm, requiere de harto trámite que se vuelva a juntar.
Si realmentecorazón quieres que algo tuyo se mantenga confidencial, mejor no se lo cuentes a nadie. Y si tienes la necesidad de apoyo o de aliviar tu alma y compartirlo, elije con pinzas…, recordando que en el territorio de la confidencia ‘no todo lo que reluce es oro’.
Y al revés, cuando alguien te honre con su confianza, valora esa entrega, también hónrala. Típicamente la conversación empieza con un ‘te voy a compartir algo en confidencia’…, y si te das cuenta que ‘no puedes’ quedarte calladao, que la compulsión suele superarte, dile que agradeces que te entregue su confianza más no eres la persona indicada.
Cada quién con sus habilidades, decisiones y capacidades… y pues no todaos con la de honrar la confidencia. Y como en tantas otras cuestiones humanas, no es ni bueno ni malo ni blanco ni negro…, lo que importa es la honestidad con unao mismao y con laos demás.
Y, por supuesto, también importa mucho la cautela, que nos pone en la preciosa y poderosa zona de la auto-responsabilidad.
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