El costo de olvidar a nuestra Alma ‘Chaman-a’


En la memoria de nuestro ADN y en el tejido de nuestra psiquis, para mujeres, hombres y todas las combinaciones y variantes, están los poderosos códigos del Alma Salvaje, del Alma ‘Chamana’* que sabe que es parte del sagrado tejido de la Naturaleza, entiende su lenguaje y es UNA con las frecuencias de todos los demás seres en todos los demás Reinos, así en la Tierra como en el Cielo.

*Lo pongo entre comillas, porque chaman-a hace referencia a la gente-medicina (sanadorxs, curanderxs, brujxs, ceremoniantes, etc.) de las tribus de Siberia y de ningún otro lugar.  El término chaman-a se ha popularizado y se usa y entiende extensamente en asociación con lo que menciono en el párrafo anterior, y es por ello que lo uso en este compartir.

Cuando nos desconectamos de esa parte primal, de esa inteligencia instintiva e intuitiva, la vida se pone muy fome.  Comprarnos el cuento de la ‘normalidad’, que es una ridícula rayita casi invisible dentro del espectro electromagnético multiversal, es deshonrar nuestro ¡¡tremendo potencial!!

Por ejemplo… ¿es normal ver auras?  Muchxs dirán que no, porque no toda la gente humana las ve… y entonces se ‘normaliza’ el no verlas y se supra humaniza o ‘rarifica’ el sí verlas…., siendo que el potencial de nuestro cerebro es registrarlas y traducirlas en tecnicolor, sin ningún requisito especial.

Hemos perdido muchas habilidades simplemente humanas por falta de entrenamiento, y con ello hemos ido encerrando cada vez más y más a nuestra Alma ‘Chaman-a’, a nuestra gran interconectora/traductora/integradora tan hermosamentecorazón diseñada para que experimentemos (y valoremos) en profundidad nuestro tránsito por este sagrado Paraíso Terrenal.

Más NUNCA ES TARDE para ponernos al día y, en este tema, todo lo que nos sirve hacer es nutrirnos de vivencias también para el hemisferio derecho de nuestro amado cerebro…, vivencias que el hemisferio izquierdo con su maestría en lógica, análisis, fundamentación y etc., no alcanza a descifrar.

Esto llama a sumarnos a la re-evolución que cuestiona y desafía al infamoso ‘sistema’ y sus compresivos códigos de logros-por-encima-de-todo, competencia, hiper-rendimiento, eficiencia, utilidades, exitismo…, ese sobresalir tirado de las mechas que rompe el espíritu de cooperación y normaliza la división, el desencuentro, el pisoteo… y claro, el cahuineo.

Ignorando al aspecto ‘Chaman-a’ del alma, perdemos mucho más de lo que ganamos.  Perdemos lo profundo, lo trascendente…, perdemos aquello que nos llena de sentido, que nos ayuda  a traducir el propósito de nuestro tránsito terrenal, en común-unión con el Tejido de la Vida del que somos parte.

Ignorando el aspecto ‘Chaman-a’ del alma, nos contamos en cuento de que el Tejido nos pertenece y con él podemos hacer lo que se nos venga en gana, tomar su energía a nuestro antojo y pretender desecharlo cuando elige ya no regenerar para que lo sigamos explotando.

El olvido masivo del Alma ‘Chamana’ está generando, por parte de la in-humanidad, tanta destrucción en el sagrado Paraíso  Ya ha llevado a tantos hilos del tejido a la extinción y a estados extremos en los que, des-gentileza de la inconciencia, se hace in-viable la reparación.

Algunxs llevamos décadas escuchado y discurseando materia ecológica, abanderándonos del ladrillo PET, separando la basura, quizás también haciendo compost, cultivando en la terraza y purificando las aguas cloacales con espadaña o nenúfares…, lo cual es un importante avance para SUMAR al cambio indispensable del que depende la sobrevivencia de tantas especies, incluida la nuestra.

Más no es masivo, porque no es cómodo y porque no en conveniente en el corto plazo.

He visto tantas veces a personas regresar de los haceres en la huerta orgánica, cargar la lavadora de ropa y espolvorearle algún detergente de buen olor, más de pésimos modales con el medioambiente.

En alguna ocasión, una docente de Derecho Ambiental me respondió que no estaba dispuesta a cambiar su detergente, porque le gustaba mucho su olor y prefería no indagar sobre sus efectos en el agua, en los seres del agua y etc., porque no quería privarse de lo que le gusta.

Y entonces la Naturaleza grita, le duele, se retuerce, llora.  Y ahora… ¿quién podrá defenderla?

Que nuestro discurso incluya caminar lo que decimos, más allá de nuestra propia comodidad.  Y eso es viable sólo si VALORAMOS en lo profundo el contenido de aquello que discurseamos.

Volvamos a la vivencia del en-amor con el Tejido de la Vida…, enamorémonos de nuevo del milagro de existir en la sinfonía de vida infinita, de transitar el Universo a bordo de esta hermosísima Nave Azul…, honremos a la Madre Tierra, conversemos con ella…, celebremos las fases de la Hermana Mayor Luna, homenajeemos al Padre Sol en cada amanecer y atardecer, interactuemos con las piedras, los árboles, los Elementos, las Direcciones…, permitámonos maravillarnos con el arte del cielo, con el lenguaje de la nubes, con los magnificentes arreglos de estrellas…, vivamos en conciencia continua de lo que significa ser parte integral de la MAGNIFICENCIA de la Creación. 

Y, muy importante, caminemos conscientes de la huella que dejamos al transitar.


)O( Samai  Mujer Medicina )O(
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